El porque de este blog

El porque de este blog

En este blog editado por un peronista, kirchnerista, se puede encontrar una serie de post que abordan temas que creo son universales, mas allá de las particularidades propias de cada país.
Por sobre toda las cosas, a lo largo de todas mis humildes notas, apunto a mostrar la forma en que se comportó el Gobierno kirchnerista con respecto a la economía y también como se comporta la oposición, tanto mediática como política. Espero estar logrando ese cometido, de todos modos, todos los post están abiertos a comentarios que no son de ninguna manera moderados, son aceptados en su totalidad, por la simple razón de respetar a rajatabla la libertad de expresión y aclarar todas las dudas que los lectores puedan tener.
Aclaro que no soy funcionario del Gobierno Argentino, ni estoy pago por el Kirchnerismo, solo soy un trabajador empleado en el rubro hotelería, que apoya de manera clara y de frente las políticas aplicadas por Cristina Fernández de Kirchner.
Como debe ser: diciendo desde donde uno habla.
Por que la objetividad no existe, su "existencia" es pantalla de corruptos partidarios de ajustes criminales.
Porque la economía solo tiene dos maneras de ser manejada: desde las clases dominantes o desde las clases dominadas.

lunes, 22 de febrero de 2016

"La maquinita"

Es interesante lo que está pasando en el país desde el 10 diciembre de 2015. Básicamente, podemos decir que la “campaña del miedo” fue un acierto total. Pero hay algún que otro detalle que vale la pena mirar, y que también forma parte de “la pesada herencia”, por supuesto.

Me estoy refiriendo especialmente al  mito de “la maquinita”. “Maquinita” que Cristina usaba a piacere, generando “el infierno inflacionario” que todos padecimos. Durante más de 10 años, a todo el país le esmerilaron el cerebro con que la inflación era porque se emitía sin control. Repite una mentira mil veces y tendrás una gran verdad.

La emisión es algo absolutamente necesario, ya que la generación de riqueza que se da cada año debe ser acompañada por la existencia de una mayor cantidad de billetes. No se puede agregar una montaña de riqueza (PBI) todos los años, y seguir teniendo la misma cantidad de circulante.

Se debe emitir. Y esa emisión no provoca de ninguna manera, inflación, ya que está respaldada por el PBI que se genera durante el año de la emisión. De ninguna manera estoy diciendo que se puede emitir sin límite, pero viendo que EEUU emite como mínimo el 100% de su PBI, creo que se puede afirmar que ese límite es bastante elevado.

Viene esto a colación de una de las promesas de campaña de Macri, que entre otras afirmaciones repetidas hasta el cansancio, dijo: “Conmigo se termina la inflación”. Para pasar a decir, después de asumir, que la inflación tardará “dos o tres años en ser eliminada”.

Caramba. ¿”Y la maquinita”? La siguen usando, por lo visto. Porque la inflación sigue. Y si nos atenemos a su promesa de campaña, ya no tendría que existir, por la simple razón de que el 11 de diciembre de 2015 pararon la fabricación de billetes.

Y como si esto fuera poco, el Jefe de Gabinete nos enteró a todos de que les habían solicitado a los empresarios que “moderaran los aumentos de precios”. ¿No era que los formadores de precios no existían?

Yo ignoro si esta caída estrepitosa de dos vitales “verdades reveladas” macristas redundará en beneficio del kirchnerismo, pero no pueden negar que han tenido que reconocer que la emisión no tiene nada que ver con la inflación y que los formadores de precios tienen una real y delincuencial existencia en nuestro país.

La inflación pareciera tener otras causas para nada relacionadas con “la maquinita".


 Tratando de profundizar un poco más en el tema inflación, me atrevo a agregar de que en Argentina, el aumento sostenido de los precios tiene un basamento clara y puramente ideológico. Y que es explayado a través del mantenimiento, por parte del empresariado argentino, del mismo porcentual de participación en la riqueza que se produce.

Por si no se entiende: se quedan con la parte del león de esa riqueza.

Esa riqueza producida, que se llama renta nacional, nos pone delante de algo que es muy simple de entender: como se distribuye esa renta. Y ahí surge el problema. En la permanente actitud de lograr una mayor parte de esa renta está nuestra inflación. ¿Y quiénes pueden aumentar su parte en la renta nacional a través de los precios? Además de acusar al salario de ser “un costo”.

La ideología de nuestro empresariado es claramente de ultra derecha. Por algo afirman que el salario “es un costo”. Resumamos: odian al obrero en general y al pobre en particular. ¿Y porque? Porque “el pobre es pobre porque quiere”. Porque son “unos negros de mierda”. Porque son “unos planeros”. Porque “son vagos”. Etc., etc., etc., etc.

Odio de clase y racismo es la razón de ser de nuestro querido empresariado. Y si alguien le quiere agregar una avaricia sideral, que se quede tranquilo, que no se equivoca para nada. ¿Por qué cada vez que surge o se habla de algún problema económico lo primero y único que reclaman es una baja de salarios?

¿Por qué no ofrecen una rebaja del 50% de sus ganancias?

¿A través de que accionar les parece que aplican su claro y descomunal odio de clase y racismo? En el hecho de quedarse eternamente con el mayor porcentual de la renta nacional. Ese rastrero sentimiento que los anima nunca va a permitir al empresariado  aceptar un aumento real del poder adquisitivo del asalariado.

Por eso, ente cada recuperación del poder de compra del salario otorgada por Cristina, ese lumpenaje de clase muy alta procedía a aumentar los precios. Acusando a Cristina y la maquinita, está claro eso. Pero la maquinita se paró. Y la inflación sigue. Porque esa ideología del odio y la avaricia quiere seguir aumentando su participación en la renta nacional. Y ese aumento por parte del empresariado de su parte de la torta, se llama ajuste.

¿Qué prueba más contundente de ese odio hay que la afirmación, por parte de ese empresariado, de que el aumento de sueldo se debe trasladar en su totalidad al precio de las cosas?
Porque ese dinero que el obrero deja de percibir no es que se desvanece en el aire, si no que termina en los bolsillos del poder real. Si no es así, que el macrismo nos explique a donde fue a parar el dinero de la quita de impuestos y rebaja de retenciones.

Ese dinero, que estaba en poder del Estado, se usó para apoyar la duplicación de la clase media en Argentina. Y se pudo hacer a pesar del “infierno inflacionario” desatado por “la yegua”. En realidad, la inflación es otra de las herramientas que usa la ultraderecha para voltear a Gobiernos incluyentes como el kirchnerismo. La otra, que es la preferida de los poderes fácticos, es “la corrupción”.

En este link, Arturo Frondizi lo explica, ya en el año 1964, muy claramente. Hasta yo lo entendí. Cualquier coincidencia con la realidad que estamos viviendo, no es causualidad.


Aquí podrán enterarse del otro componente de “la pesada herencia” que le dejó el kirchnerismo al marido de la esclavista:

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